viernes, 23 de junio de 2017

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.(Primera carta del Apóstol San Juan).

Tenemos que saber que todo lo que Dios hizo y hace es por amor a sus criaturas, amor inmenso y paternal.  Con su poder todopoderoso nos regaló la vida, nos encomienda tener los unos con los otros una relación de amor filial y así obtener la vida eterna y la resurrección después del paso por la vida terrenal. 
Bordado Iglesia San Nicolás
de Gante, Bélgica.
Esa otra vida plena que nos brinda haciendo el camino de Jesús en este mundo, por cierto, una vida humana llena de penalidades e imperfecciones, debemos superarla con la  perseverancia en la fe, la misericordia, la humildad  y el perdón de todos para todos, superando las faltas cometidas, es el amor a nuestros semejantes, darnos, entregarnos al prójimo y a Nuestro Señor, igual que El nos entrega su Sagrado Corazón para salvarnos de la muerte.
Contamos con la ayuda colosal de la Madre del Señor, acordándonos siempre del "Hágase" que Ella pronunció, no cabe más humildad y sencillez que esta palabra, y nuestro corazón debe abrirse siempre presto a la ayuda y servicio de los demás, aunque nuestra aportación sea como un pequeño "grano de arroz", porque así lo creamos o lo veamos, o porque nuestro alcance sea también pequeño, pero seguro que  a los ojos del Señor es una inmensidad; el ejemplo personal en la vida cotidiana debe mostrar la alegría del evangelio, esa alegría que contagia y que llena el corazón de la verdadera esperanza en Dios.
La Iglesia tiene un corazón grande, nos une, nos lleva por el camino para superar las carencias espirituales y humanas, nos refuerza en nuestra fe. En los templos Dios nos espera en el Sagrario, allí podemos estar con Él, hablar, preguntar, decir, adorar; en la Eucaristía nos ponemos en comunión con Él en la misma mesa, a la misma mesa que acuden tantos creyentes, los de aquí y los de allí. 
Los sacerdotes, gracias a ellos podemos usar de los sacramentos que nos unen a Dios, pidamos siempre por ellos y por nuevas vocaciones.

Fabio Antonio Fernández Torres.
Presidente del turno Virgen de las Penas de la Adoración Nocturna.

domingo, 4 de junio de 2017

PERDÓN, AMOR, Y PENTECOSTÉS

La Iglesia es Universal, así lo quiere Dios, es capaz de que todos entiendan el mensaje, entiendan su Palabra. El Señor quiere que todos conozcan las grandezas y maravillas del Reino, somos sus criaturas, sus hijos, por amor ofrece su eternidad a todos y cada uno de nosotros, nos pide liberarnos de los pecados, alejarnos del mal, acudir a su encuentro y obtener la salvación con la resurrección.
Bendito sea el Espíritu Santo que nos da la fuerza, la energía para entendernos todos, para unirnos al Señor, no rechacemos esta fuerza, la que nos ayuda a superar la tentación, a salir del mal, a presentarnos llenos de esperanza y de verdadero amor.

Es la comunidad de todos la que nos une y salva, es la Iglesia Santa a la que pertenecemos, cada uno forma parte de la misma, cada uno ejerce la fuerza que el Espíritu Santo le ha dado para ayudarse los unos a los otros, para ese amor correspondido. Con el ejemplo de la Virgen María que nos acoge como hijos suyos, así es la Iglesia.
Cristo está alimentándonos con su Cuerpo y Sangre en la Comunión, en una mesa espiritual y también física, Cristo presente nos regala la resurrección entrando en nuestras propias almas, en nuestro propio cuerpo.
La Iglesia Universal, unidad desde la diversidad se construye siempre desde y con el perdón, quiero dejar la siguiente frase de nuestro Papa Francisco que ha dicho hoy en la Misa de Pentecostés para reflexionar sobre ella: "El perdón libera el corazón y le permite recomenzar: el perdón da esperanza, sin perdón no se construye la Iglesia"
Siempre nos recuerda el Papa esa palabra, perdón… así es como verdaderamente, cuando es de corazón, confirmamos nuestro amor al prójimo; os recomiendo una lectura de la homilía completa de este día en el Vaticano.  El perdón en su doble vertiente, el de pedir perdón y el de perdonar, eso es amor, esa es la fórmula para construir Iglesia.
Conocemos un caso, lleno de humildad, no sin haber pasado por el dolor físico y psíquico, de que te juzguen y condenen sin ser culpable, sin tener culpa de las acusaciones que le hacían sin que hicieran caso de sus testimonios, y sin estos y sin pruebas condenar al inocente, y este por amor, por resignación, también por pena y valor aceptar la culpa y morir en la Cruz, y murió pidiendo el perdón para todos, y con este perdón nos regaló la resurrección y la eternidad. Saquemos conclusiones y actuemos siempre como Él lo hizo.
Nuestra fe en Cristo estará siempre en nuestra vida, muchos hermanos lo demuestran a diario, unos con su propia vida, con las persecuciones recibidas, con las culpas a las que son sometidos, a esos a los que no les llega el perdón, a los que no perdonan.
Pidamos siempre al Espíritu Santo que nos envíe su fuerza, que nos dote de los dones necesarios para afrontar esta vida por el camino de la salvación y del amor.

Fabio Antonio Fernández Torres

Turno “Virgen de las Penas” de la Adoración Nocturna.

Iglesia de San Antonio de Lisboa

Iglesia de San Antonio de Lisboa. Moneda recuerdo de la visita a la Iglesia de San Antonio Junto a la catedral de Lisboa, en la freguesia (b...