martes, 28 de junio de 2016

NO HAY QUE TENER MIEDO, TENIENDO FE

Ante los tumultos, las desgracias, el mal en general de este tiempo concreto, aquí y ahora, las condiciones donde se mueve el ser humano, en mayor o menor medida, como el hambre, la enfermedad, las guerras, el paro, la falta de vivienda, de educación, de sanidad, de libertad, etc.. no debemos tener miedo, y debemos de actuar en consecuencia, aportando lo que podamos para luchar contra las lacras de una sociedad que no vive siguiendo el amor, la paz, el perdón y la fraternidad.
Teniendo fe, en sus obras, en Dios, llegará la paz, el sosiego, la verdad, la felicidad, el amor. Él está a nuestro lado, estemos inundados del Señor, porque el nos protejerá de cualquier mal, ya que nos da la fuerza a nosotros mismos para hacer de este mundo el reino del amor.
Es así como debemos propagar el evangelio unos a otros para que su propagación haga entender a todos quien es nuestro Dios el cual mantiene una relación paterno-filial con nosotros. No le demos de lado, estemos con Él en todo momento, podemos disfrutar de las maravillas que nos regala día a día, no enturbiemos "las aguas claras" que nos envía, todo lo contrario comenzemos con una relación de amor fraterno los unos con los otros.
No deben los gobiernos de la naciones, permitir la desatención a los más necesitados, las leyes deben contemplar un nivel básico, al menos, de subsistencia vital y digna, antes de una globalización desenfrenada donde queden relegadas poblaciones enteras a la miseria,  hay que dar dignidad a la persona, volcarse en la manera de que las mismas tengan un "hueco en el carro del progreso", de lo contrario estamos actuando contra-natura, no es ese el camino; al margen de la propia doctrina católica, que por supuesto contempla y advierte todo esto, el hombre debe actuar coherente con su progreso colectivo pero también individual, sin dejar a nadie en la "cuneta", y si eso supone un gasto, o son secuelas colaterales, que así sea, pero que se avance con todos a la vez.

Fabio Antonio Fernández Torres.
Graduado Social.

domingo, 26 de junio de 2016

ENTREGA DE LOS ELEGIDOS.

Ni despedirse siquiera, desprenderse de todo y seguir el Camino. Cuando te arrope el manto como elegido para transmitir y enseñar al pueblo la Palabra, nada te hace falta, porque todo lo tienes ya resuelto, no te has de dedicar a tí, te has de dedicar a los demás, para guiarles, protegerles, y contarles las cosas santas.

Elíseo le preguntó a Elías: ¿qué te he hecho?, porque Elíseo quiso despedirse de los suyos, Elías le dijo "anda y vuelvete", aunque hizo bien de desprendesrse de todo y volverse para seguir a Elías.(Del primer libro de los Reyes).
Aquí tenemos de lleno, contundente y coherencia el proceder de aquellos que sientan "el manto por encima"; todos debemos de orar para que el Padre esté eligiendo; de hecho frecuentemente en la oración de los fieles dentro de la Misa, ¿cuántas veces pedimos al Señor que surgan vocaciones sacerdotales, y religiosas de todo orden?, Él es quien hará saltar la chispa de la vocación en nuestros hermanos.
En la vida terrena cada criatura tiene un carisma especial para realizar tal o cual cosa, también debemos en este caso seguir la inspiración y desarrollar tal gracia, pues también es una elección concedida por nuestro Señor.
En definitiva, con la elección se concreta la entrega, entrega que se traduce en amor a Dios y al prójimo.
Siempre debemos de tener presente un hueco en nuestras oraciones individuales o colectivas para esta cuestión, por la importancia de todo el pueblo de Dios.

La Carta Encíclica del Papa Pablo VI: Populorum Progressio (1967), encierra un estudio muy interesante para seguir desarrollando, si la leemos vemos que el Papa es un adelantado y que todo lo anterior sirve para que esos elegidos pongan todos manos a la obra en conseguir un progreso sin exclusiones sociales del hombre, en el párrafo 1 del preámbulo se ve la dimensión y alcance de la carta y en el 15 la vocación al desarrollo.

1.El desarollo de los pueblos y muy especialmente el de aquellos que se esfuerzan por escapar del hambre, de la miseria, de las enfermedades endémicas, de la ignorancia; que buscan una más amplia participación en los frutos de la civilización, una valoración más actuva de sus caulidades humanas; que se orientan con decisión hacia el pleno desarrollo, es observado por la Iglesia con atención. Apenas terminado el segundo Concilio Vaticano, una renovada toma de conciencia de las exigencias del mensaje evangélico obliga a la Iglesia a ponerse al servicio de los hombres, para ayudarles a captar todas las dimensiones de este grave problema y converncerles de la urgencia de una acción solidaria en este cambio decisivo de la historia de la humanidad.

Vocación al desarollo
15. En los designios de Dios, cada hombre está llamado a desarrollarse, porque toda vida es una vocación. Desde su nacimiento, ha sido dado a todos como un germen, un conjunto de aptitudes y de cualidades para hacerlas furctificar: su floración, fruto de la educación recibida en el propio ambiente y del esfuerzo personal, permitirá a cada uno orientarse hacia el destino, que le ha sido propuesto por el Creador. Dotado de inteligencia y de libertad, el hombre es responsable de su crecimiento, lo mismo que de su salvación. Ayudado, y aveces es tratado, por los que lo educan y lo rodean, cada uno permanece siempre, sean los que sean los influjos que sobre él se ejercen, el artífice principal de su éxito o de su fracaso; por sólo el esfuerzo de su inteligencia y de su voluntad, cada hombre puede crecen en humanidad, valer más, ser más...

La carta da pié en la actualidad para seguir ahondando, ya desarrollada por supuesto por sus sucedores en diferentes documentos y acciones pero que es muy atractiva para continuar estudiando y profundizando

Fabio Antonio Fernández Torres.
Adorador Nocturno "Virgen de las Penas".
Málaga.




viernes, 24 de junio de 2016

LA PERSEVERANCIA EN LA FE DE CRISTO

Ya sabemos de la Palabra del Señor que "la mies es mucha y los obreros pocos", debemos pedir a Dios que envíe obreros; por otro lado, también sabemos que son pocos "los elegidos"; así que cuando veamos en estos tiempos falta de seguidores, de vocaciones, de dedicación al Señor, no nos agobiemos, porque no somos nosotros quienes elegimos sino el Padre, son los elegidos por Él, estos deben saber de su fortuna porque están destinados a propagar y perseverar en la Fe.

La perseverancia, es siembra, es caminar hacia la salvación, hay que sufrir la Cruz, caminar hacia Jerusalén, conseguir en el banquete eucarístico el encuentro con Dios. 

Siempre presente la paz del Señor, la fe en el Reino, la verdad santa, la resurrección, la vida eterna, ese es el camino, camino de salvación y gozo. Dejarnos acompañar por el Señor en todo momento, sin desviarse ni olvidarse, sino sembrando y cosechando su Palabra.  Jamás debemos de excluir a nadie, no enfrentarse, todo lo contrario mostrar la paz y cumplir con nuestro camino.

Habrá quienes nos miren y nos desprecien, ya sabemos eso de "miran pero no ven", no ven las maravillas del Señor, en esta vida hay tantas cosas maravillosas, ¿cómo serán de maravillosas las de la vida en el Reino, el de los Cielos?  Imagínense hermanos lo que Dios tiene para nosotros.

Gracias al Espíritu Santo, invocando a su fortaleza nos transmite los dones necesarios para perseverar y no caer, para amar al prójimo y no enfrentarse, para mostrar las grandezas del Señor.

En una ocasión el Papa Benedicto XVI señaló que la fe, el coraje y la perseverancia de los mártires son un noble testimonio rendido a la verdad del Evangelio de Cristo, en que los fieles deben tener los ojos fijos. (Año 2013, Congreso tiutlado "Concilio Vaticano II y la Iglesia").

Fabio Antonio Fernández Torres
Adorador Nocturno. Málaga




miércoles, 15 de junio de 2016

CUESTIÓN DE FE

A veces no creemos lo suficiente para lograr entender que todo se nos dará, es la falta de fe. 
Debemos de actuar con toda libertad, así lo quiere el Señor, siendo consecuentes de nuestros actos, actuando tal y como somos y como quiere Jesús, sin actuar por el que dirán. Ser libres y no mentir en nuestra vida, transparentes al igual que quisiéramos que sean con nosotros los demás. 
Actuando de buena fe, arrepintiéndonos de nuestras faltas y solicitando el perdón cuando ofendemos, tanto al prójimo como al Padre.
Si tenemos en verdad fe, la debemos de alimentar para no perderla, para crecer en ella; alimentarla es practicarla con el conocimiento, la oración y las obras. No seamos como quienes dicen "eso es para los curas", no eso es para todos los cristianos, los sacerdotes y presbíteros tienen aparte un ministerio enomendado por el Espíritu Santo, como es el de administrar los sacramentos, insisto para los cristianos es fundamental practicar la religión, no es otra cosa que vivir la fe y transmitirla.
Muchas son las pruebas que suceden en la vida donde precisamente se nos presenta poner a prueba nuestra fe, y ahí debemos de estar alerta, "tener el candil encendido", porque si nuestra preparación es débil, muy frágil será esa fe.
Somos el pueblo cristiano un pueblo perseguido, así será por nuestra fe, la de la resurrección, la vida eterna, el reino del amor, pero eso nos da más fe aún porque conocemos la misericordia de nuestro Dios, que como sabemos se hizo Hombre y padeciendo por nuestras culpas nos redimió en la Cruz, ofreciéndonos la salvación y la vida para siempre; esta es la fe.
Contamos con una Iglesia universal que nos protege, cuida, arropa, ama, nos regala conocimiento propagando la Palabra, y además una Madre y Reina que nos mima y guía, la Santísima Virgen. Con todo esto tenemos la esperanza de conseguir propagar y hacer como agentes evangelizadores que la Palabra llegue a todos los confines de la Tierra.
Fundamental es en nuestra fe saber perdonar, no un perdon a medias, sino total, incluso más allá, volver a confiar, arropar, y alentar al prójimo que haya cometido falta y ha sabido arrepentirse; recordar la alegría que suposo "la vuelta al rebaño de la oveja perdida", para su pastor.

Fabio Fernández Torres.
Adorador Nocturno. 

sábado, 4 de junio de 2016

¿POR QUÉ ME BUSCÁBAIS?

No hay que contentarse y buscar acomodo, sosiego y tranquilidad en seguir la Fe, sino todo lo contrario hay que actuar con la Palabra sin perturbar pero diciendo la verdad, no hay que conformarse con contar lo que quieran oir, sino todo el contendio; repetir, reiterar hasta la extenuación que todo es AMOR, que la Misericordia de Dios es infinita y su justicia la verdadera.

Esta Misericordia sin medidas no es para la redención de una parte o el perdón a medias, es una misericordia completa y más aún, es alegrarse del hermano redimido, y compartir con él "los mejores manjares".  

Todo cristiano debe salir al encuentro de "ovejas perdidas" para sanarlas, para rescatarlas, para devolverlas a la mansedumbre del rebaño, bajo el cuidado del pastor, y alegrarse y anunciar a todos la vuelta y la curación. 

Mucho tiene que ver Dios Espíritu Santo en nuestro regreso al "rebaño", porque para volver y ser encontrado y rescatado tuvo que recibir su llamada, y con ella el arrepentimiento ya sea por una causa u otra, recibiendo la plenitud de la infinita misericordia, no un poco, no una parte, sino la totalidad del perdón.
Es aquí donde tenemos que tener presto nuestros oidos y nuestros sentidos a lo que hace el Señor y hacerlo también nosotros con nuestros hermanos, dejarse de tanta acusación , y al hermano arrepentido, que además puede ser inocente de culpas que han trazado o realizado otros, arroparlo, protejerlo e integrarlo en "el rebaño". 

Decía  Jesucristo a sus padres de pequeño, cuando se quedó en el templo tres días, razonando con todo el talento, pues estuvo perdido de sus padres y al ser encontrado en el templo por ellos, dijo: ¿por qué me buscabais?, no sabeis que tengo que estar en el Templo junto al Padre. Allí el pequeño Jesús, ya estaba en el inicio de decir no sólo lo que gustaba oir, sino lo difícil, era inminente con su preparación la expansión de la Palabra con la sobriedad, los padecimientos que conocemos y de esa forma cumplir la tarea evangelizadora.



viernes, 3 de junio de 2016

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS: "LA ALEGRÍA DE ENCONTRAR LA OVEJA PERDIDA"

Jesús nos presenta su corazón, todo es amor hacia nosotros, un amor sin límites,  hasta el punto de brindarnos con su muerte la redención de nuestras culpas,  regalandonos la vida eterna. 
Este corazón representado de forma extracorpórea en la representación de Cristo nos abre el entendimiento de la fuerza con la que nos ama el Señor.
Estamos guiados por una fe que nos lleva a la salvación, a la alegría, a la felicidad, a lo que es el Reino de Dios, un reino de amor y paz.
La perseverancia en esta fe es crucial para los fieles en el Señor, a veces, como pecadores y en el olvido de todo esto nos perdemos por caminos equivocados, o por caminos que nos trazan otros y sin saberlo caemos en esa ruta alejada. En esta situación hay que acordarse del Corazón de Jesús, de la verdadera fuerza de su amor por nosotros, por recuperarnos, por encontrarnos; así volveremos al camino seguro, donde estaremos arropados por todos en la misma fe.
La alegría del retorno, del encuentro supone un éxito para todos, de nada sirve culpar ni condenar, todo lo contrario sería funesto, doloroso, desgarrador para quien con amor al Señor vuelve a su sendero a su mansedumbre, así lo dice el Señor: "¡Alegráos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido" (Lucas 15,5).

Todo el mes de junio está dedicado al Corazón de Jesús, para recordar el amor inmenso hacia nosotros. Vamos a responderle al Señor con el mismo amor, en nuestra vida diaria y con los demás.

Por: Fabio Antonio Fernández Torres. Adorador Nocturno, turno "Virgen de las Penas".


miércoles, 1 de junio de 2016

SEGUIR, IMITAR A CRISTO. DISCÍPULOS.

Jesucristo, con la buena nueva, con la Palabra de Dios, nos enseña un camino a seguir, todo ello con un "amarse los unos a los otros como el Padre os ama".
Nos regala la vida para siempre, con su muerte en la Cruz nos redime ante el Padre de nuestros pecados, así es la misericordia infinita de Dios; no se trata de dar algo de misericordia sino toda la misericordia completa.
Todo el que pide perdón debe ser perdonado y concedida esa misericordia que nos enseña Dios, no es otra que ofrecerle toda la confianza, todo el perdón y no tenerle nada en cuenta.
Los involucrados por la culpa de los demás, sin saber de ese mal, pagan culpas que le son ajenas; a estos debemos no solo darles toda la confianza sino el aliento y apoyo para soportar el sufrimiento y dolor que atraviesa.
Esta andadura de ser seguidores, discípulos, agentes evangelizadores, como exhorta el Papa Francisco a todos los creyentes,
 la emprendemos desde hoy día primero del mes de junio del dosmil dieciséis, con el propósito de dar a conocer a Cristo, para ello nos encomendamos a la Santísima Virgen que será nuestra base más fuerte de la Fe, puesto que es Madre de Dios y Madre nuestra.

Iglesia de San Antonio de Lisboa

Iglesia de San Antonio de Lisboa. Moneda recuerdo de la visita a la Iglesia de San Antonio Junto a la catedral de Lisboa, en la freguesia (b...